domingo, 30 de agosto de 2009

La cruz

'La esencia del pecado es que el hombre sustituye a Dios, mientras que la esencia de la salvación es que Dios sustituye al hombre. El hombre se rebela contra Dios y se coloca donde sólo Dios se merece estar; Dios se sacrifica por el hombre y se coloca donde sólo el hombre merece estar. El hombre reclama derechos que sólo pertenecen a Dios; Dios acepta castigos que sólo pertenecen al hombre'

John Stott, La cruz de Cristo (citado en: Manley Pippert, R. La esperanza tiene sus razones. Andamio: Barcelona, 2008)

miércoles, 12 de agosto de 2009

Torbellino


Soy capaz de entrar en la espiral de la vida moderna. De hecho, los últimos meses he vivido absorbida dentro de esa espiral. El ritmo es frenético, y la vida se va desencajando como un tetris vuelto del revés.
No he sido capaz de encontrarle el sentido. Después de invertir tiempo, aliento y corazón, he salido herida del torbellino. Expulsada por la consciencia y esa realidad interior de relación con lo trascendente (vamos a llamarlo así). He quedado tendida en el suelo, agotada, y rogando por no volver.
Durante el tiempo que ha durado la carrera, simplemente me he dejado llevar por lo 'normal', lo que 'hace todo el mundo'. Pero he tenido la sensación de que a cada esfuerzo, a cada aliento todo se desmoronaba y empezaba a perder sentido...
No quiero ser una 'Superwoman', no quiero vivir esclavizada al trabajo, a la moda, a la estética, a la religión, a las normas... No quiero hacer todo lo que los demás esperan de mí y, aunque me sienta frustrada, dibujar una sonrisa en mi rostro y seguir haciendo lo que los demás esperan de mí. No quiero sentir que se me escapan los días entre los dedos, mientras sigo creyendo que los tengo todos por delante.

Quiero que mi vida tenga sentido, que cada día ponga en primer lugar a mi Señor, que pueda ver las cosas con ojos espirituales, y que la carnalidad no florezca a la primera de cambio...

Quiero... ser consecuente.

febe*

viernes, 7 de agosto de 2009

Para pensar un poco...

'El problema no es externo; se encuentra en la esencia de quienes somos. ¿Cómo curamos una naturaleza tan envuelta en sí misma? ¿Cómo podemos dejar de hacer cosas sin segundas intenciones? Qué fórmula seguimos para dejar de ser egoístas, ¿simplemente seguir intentándolo más y más? (...) Después de todo, ¿qué cura hay que pudiera hacernos dejar todos nuestros vicios cuando la causa del problema a lo que estamos enganchados somos nosotros mismos? (...)
La religión en general puede ser una de las peores formas de 'fe errónea', pues es muy fácil abrazar la religión para escapar de la responsabilidad de nuestra libertad. No apreciamos completamente el desafío de ser libres porque nos exige demasiado. Así que 'nos volvemos a Dios' y echamos toda nuestra responsabilidad en Él, esperando que Él anule nuestra libertad y, cual piloto automático espiritual, nos lance a un viaje sin errores a través de la vida bajo Su control. (...)
Ciertamente, nuestro deseo humano es que Alguien intervenga y mejores las cosas, Alguien que nos quite toda la duda, el miedo y el dolor. Tenemos miedo de los riesgos que existen por pedirnos que creamos simplemente en un mundo de tal ambigüedad y con vidas que están amenazadas por la tragedia y el terror. Queremos que Dios haga algo dramático para que sepamos con toda certeza que está ahí. (...)
Hay en nuestra condición un aspecto doloroso. Respondemos a la belleza y tenemos el deseo de adorar, pero un defecto fundamental hace que adoremos lo que no debemos y que pongamos nuestra esperanza tristemente en lo que no puede ayudarnos. En nuestra búsqueda de llenar este vacío hacemos un esfuerzo sobrehumano por encontrar una respuesta y nuestras soluciones no son lo suficientemente grandes para poder construir nuestra vida sobre ellas'.

Manley Pippert, Rebecca. La esperanza tiene sus razones. La búsqueda de la satisfacción de nuestros deseos más profundos. Barcelona. Andamio: 2008.