viernes, 18 de septiembre de 2009

Eso... no lo quiero

A pesar del vértigo de no saber cuál será el destino de mis pasos, ni tan sólo cuál va a ser mi próximo paso, en los últimos años he ido aprendiendo cuáles no quiero que sean mis pasos ni mi destino. ¡Cómo duele ser consciente de estar en el lugar que no quieres estar!
Al menos, algo decido, o, al menos, algo me propongo.
Supongo que esta debe ser una de las aplicaciones de 'Encomienda a Jehová tu camino y tus pensamientos serán afirmados' (proverbios 16:3).
:)
Dios es fiel, ¡a pesar de nuestros desastres!

ánimo!

febe*

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