miércoles, 12 de diciembre de 2007

CON EL BAGAJE

¿Y quién os escuchará en este caso? Porque conforme a la parte del que desciende a la batalla, así ha de ser la parte del que queda con el bagaje; les tocará parte igual. 1º Samuel 30:24.

La historia aquí es que David había ido a pelear contra los amalecitas a recuperar a sus mujeres, hijos, hijas, pertenencias que estos les habían robado. (1 Samuel 29 y 30). Al volver vencedores no sólo con lo que les habían robado, sino además con un buen botín, algunos (a los que la Biblia llama malos y perversos) le dijeron que no iban a compartir el botín con los que no habían ido a pelear, sino que se habían quedado con el bagaje.


La respuesta de David es el versículo de la cabecera. Al leerlo esta mañana mi mente ha hecho una asociación y un salto a Romanos 10:14-15 "¿cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿y cómo predicaran si no fueren enviados?"


¿quien es más importante el que predica o el que envia? ¿quién es más importante, el que pelea o el que guarda el bagaje?

Ven un momento a Mateo 20.
"Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?"
raquel


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Las preguntas de siempre... y la respuesta de siempre del Señor... Gracias a Dios que Él no es como nosotros... =)

besitos

Anónimo dijo...

me encanta pensar en eso. Justamente, ¿qué más importante este el otro? o ¿Señor, quien es mayor? y lo mejor es que Dios puede decir: Yo, yo soy el más importante, Yo soy el mayor. Y si el mayor lavó los pies qué no haremos sus sievos