lunes, 14 de enero de 2008

Sin acepción de personas

Si tienes un momento, coge la biblia y lee el capitulo 11 de 2 Samuel. Este es el capítulo del pecado de David, un pecado que marcaría su vida.
Había estado comentado con mi madre acerca de lo loco que está el mundo, llevamos pocos días de año y ya han matado a varias mujeres... la maté porque era mia... con esto en la cabeza abrí la biblia en el pasaje que me tocaba y era este capítulo. Leelo si puedes.
Acabé de leer el capítulo y sentía furor en contra de David, porque fuese rey no tenía derecho a hacer lo que hizo pero tenía poder para hacerlo. Conocemos la historia, en el tiempo en que había que ir a la guerra él se quedó en casa, vió una mujer, la codició y la tuvo, y además ella quedó emabarazada. Pero ah! problema, estaba casada, así que el rey hurdió un plan para que pareciera que el hijo era del esposo de Betsabé y no de una relación inmunda (v.4) y condenable. Pero le salió mal, porque a diferencia del propio rey, Urías era fiel a aquellos que estaban en el campo de batalla.
Así que David fue más lejos aún, y decidió deshacerse del marido poniéndole en primera linea de batalla.
Es sorprendente lo que un ser humano puede llegar a hacer, pero no sólo un ser humano sino alguien que había vivido en estrecha comunión con Dios. Uno se pregunta ¿cómo es posible? Yo no tengo respuesta eso.
Lo que sí es cierto que este pecado marcó su vida para siempre. Dios es muy misericordioso, le envió al profeta Natán, un hombre que no temía a los hombres sino a Dios porque se plantó delante del rey y le dijo: mereces morir.
David se arrepintió, Dios le perdonó, pero hubo consecuencias.
Si sigues leyendo la historia de este rey, su vida ya no volvió a ser como antes, hay uan diferencia muy grande entre el joven que mató al gigante con una demostración de su también gigante confianza de Dios, y el hombre que iba a sufrir la rebelión de sus propios hijos.
El pecado es pecado, y arrastra y destruye y conlleva consecuencias en la vida.
Me hizo temer a Dios este pasaje porque a veces hablamos del pecado de forma muy trivial y no alcanzamos a ver lo malo que es en nuestras vidas. Y si no vemos la dimensión del pecado no veremos la necesidad de nuestro arrpentimiento. David necesitó una parábola de un corderito (algo que el entendía muy bien porque había sido pastor) ¿qué necesito yo? ¿qué necesitas tú para caer en la cuenta de tu pecado e ir en arrepentimiento a Dios?

raquel

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