Que semana tan larga, cuanto cansancio, cuanto correr, cuanto desgaste emocional.
Es hora de parar y mirar hacia el cielo, abrir los brazos y respirar hondo, dejar que el sol de acaricie la cara.
Para y piensa (que es gratis) y recuerda cómo de grande es el amor de Dios, recuerda por un instante lo que Cristo hizo por ti. Y recuerda que aun está por ti. Nadie más cerca que Él, nadie te ama más que Él.
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. "
Mateo 11:28-30
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