domingo, 20 de abril de 2008

remiendos

Hoy he estando remendando mis medias... aparentemente están bien, nadie diría que justo en la punta, a la altura de los dedos, tienen más de 6 remiendos... Me resisto a tirarlas y comprar otras porque considero que, a pesar de estos agujeros recosidos, están bien :) Me parece que ésta es una realidad que a más de uno os suena, ¿no? A pesar de que trate de arreglarlas sé, que, tarde o temprano, lo que me resisto a hacer sucederá: tendré que comprar otras, éstas ya no servirán.
Me ha venido a la mente, mientras cosía los agujeros de mis medias, un pasaje que leí hace muy poquito en Jeremías:
'Y descendí á casa del alfarero, y he aquí que él hacía obra sobre la rueda. Y el vaso que él hacía de barro se quebró en la mano del alfarero; y tornó é hízolo otro vaso, según que al alfarero pareció mejor hacerlo. Entonces fué á mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel, dice Jehová? He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel'. (Jeremías 18:3-6)
Quizá os parezca un poco surrealista que de las medias pase a una vasija de alfarero... pero a veces nuestra mente ata cabos de maneras un tanto especiales...
Mi vida, a veces parece llena de remiendos: suturas temporales para salir del paso, sabiendo que la solución no es el remiendo sino la renovación. Así como la vasija del alfarero si se rompe hay que rehacerla, nuestras vidas deben renovarse día a día, en las manos de Dios.

No te conformes con remiendos: busca la renovación completa.

febe

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