
"Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura." hebreos 10:19-22
Tenemos libertad para entrar.... ¿entramos? Podemos acercarnos... ¿pero cómo?
No tenemos impedimento para ir a la presencia de Dios, podemos entrar, en libertad, porque Cristo mismo abrió el camino. Y Dios Padre quiso que fuera así.
Pero cuando vamos ¿cómo vamos? Desaliñados, de cualquier manera, con prisas, como el que deja un post-it con una nota recordatoria y rápida? O vamos a deleitarnos en la presencia de Dios? Vamos en nuestras propias fuerzas a decirle a Dios lo que tiene que hacer por nosotros? O vamos en humildad a derramar nuestro corazón a Dios y a dejar que Él haga su voluntad?
Vamos convencidos de que Dios tiene la solución a cualquier cosa de la que tengamos necesidad? O vamos pensando que no servirá de nada? Dice el texto en plena certidumbre de fe, o lo que es lo mismo, sin lugar a dudas.
Tenemos entrada libre, no la malogremos con nuestra humanidad, vayamos a Dios buscandole de verdad, por lo que Dios es, no por lo que nosotros queremos ser.
bendiciones,
raquel
1 comentario:
Hola Raquel: Si, sin lugar a dudas tenemos las peticiones que le hayamos hecho conforme a Su voluntad. Que precioso que Dios quiere comunicarse con nosotros pecadores. Oh el Se�or nos ense�e a orar y nos ayude a No desmayar.
Un beso
Rosa de Elias
Publicar un comentario