domingo, 6 de enero de 2008

Intercediendo...


Ha empezado el curso de oración en el ECBT y ya está trayendo bendición. Hemos empezado estudiando las oraciones del Pentateuco.

La característica que más me ha llamado la atención es que casi todas ellas son oraciones de intercesión por otros. Abraham pide por Sodoma y Gomorra, Eliezer pide encontrar a la esposa de Isaac, Isaac pide que su esposa pueda concebir, Moisés pide constatemente por el pueblo, etc.

Y a lo largo de la Escritura, una tras otra, ves a personas que van a Dios para pedir por otros, no por ellos mismos.

Me hizo pensar, que entre las muchas cosas que es la oración, vista así, se convierte en un ejercicio práctico de nuestro amor por otras personas. Jesucristo nos dejó el mandamiento: "que os améis unos a otros", y la oración es una forma de mostrar ese amor.

Santiago 4:3 dice: "Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites". Siempre fijamos la atención en la palabra "deleites" pero ésta va precedida por un determinante posesivo que es "vuestros". Este tipo de oración se centra en uno mismo, y el apóstol lo califica de mala petición.

¿Digo con esto que no debemos pedir por nosotros mismos? En ninguna manera (dicho sea de paso no debemos pedir para gastar). Digo, que tenemos ante nosotros la posibilidad de interceder por otros, y orar por ellos, nos hará crecer en amor por ellos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya sabes que uno de mis propósitos de este año es interceder por otros... y es que, es verdad, a veces no podemos ejercer el amor de otra manera que orando... y a veces no podemos amar a alguien si no oramos por él...

Gracias, me anima!

Besitos